Countryfied Soul

Cantante y compositor con un corazón Southern Rock, James Otto nació en una familia militar en el Fuerte Louis (base del ejército en Washington) y creció a lo largo de todos los Estados Unidos, en particular estancias prolongadas en Dakota del Norte y Alabama.

Comenzó a cantar cuando tenía sólo cuatro años, y aprendió a tocar tanto violín como el saxofón antes de recibir su primera guitarra a la edad de 13 años. Su padre y abuelo eran músicos aficionados que de vez en cuando realizaban conciertos en bares locales, por lo que la música nunca fue una acompañante extraña en la vida de Otto, pero no fue hasta que pasó tiempo con su madre en San Mountain, AL, cuando él descubrió la felicidad que le producía la country music.

Después de graduarse en estudios secundarios, Otto prestó durante dos años servicio en el cuerpo de marines de los Estados Unidos. Una vez liberado de sus obligaciones militares se trasladó a Nashville en 1998, actuando por las noches en los Clubs de dicha localidad, antes de acabar en la llamada MuzikMafia, un reality show de la CMT que reunió a un grupo de compositores y músicos entre los que podemos destacar a Big & Rich y Gretchen Wilson.

En 2002 Otto consiguió finalmente editar Days of Our Lives en el sello Mercury Nashville, dado su escaso éxito comercial abandonó la casa discográfica en 2004. Tras un pequeño papel en la pantalla en Road House 2, firma con Raybaw Records, un sello de la Warner Bros, publica su segundo y hasta ahora último trabajo Sunset Man producido por su cuñado (y miembro de Rascal Flatts) Jay DeMarcus. Con el primer single Just Got Started Lovin' You se ha situado en el primer lugar de la lista de singles Billboard, y el disco ha alcanzado el top 10 de ventas de álbumnes de la afamada lista.

De todos los cantantes surgidos al amparo de Big & Rich - y a partir de 2008 no son pocos los que se pueden contar- James Otto es el que se encuentra más próximo a John y Kenny. Su segundo álbum Sunset Man comienza con el tema Ain't Gonna Stop, el tipo de himno que ha permitido a Big & Rich refrescar el escenario aburrido de la country music en los últimos años, aunque todo hay que decirlo con resultados más que discutibles.

Tras su primer trabajo, que pasó sin pena ni gloria, Otto no cae en ese tono burlesco que a menudo ha caracterizado a a la MuzikMafia (sólo quizá en el noveno corte Drink & Dial se aproxima a esa visión divertida blustring boogie). Afortunadamente para él y para todos nosotros con enorme facilidad se mueve en el terreno de la suave melodía y baladas profanas de amor, lejos de las letras cargadas de machismo de Kenny. Esto le abre la oportunidad para alcanzar un público más amplio, una transcendencia mayor en correspondencia con su buen hacer como músico. Que así sea, James Otto merece una segunda oportunidad, que al parecer la ha sabido aprovechar adecuadamente.

Más información: www.jamesotto.net